Soy hija de familia de artistas. Mis padres, ambos jubilados del Teatro Colón, mamá pianista y directora de coro y orquesta; papá, cantante lírico y profesor de canto.
Estudiante crónica. Eterna vocación de servicio y de cuidado del otro. Hoy, 45 años y madre de dos hijos, en pareja con el hombre más maravilloso que conocí en mi vida.
Trabajé casi toda mi vida en ventas y luego de mi experiencia laboral desde la seguridad e higiene, vislumbré la necesidad de que si realmente quería hacer algo significativo para cuidar al trabajador, tenía que ir más lejos, ir a la cocina de las políticas. Ese paso me llevó años darlo.
A pesar de tener una madre peronista, solo intuía lo que era el peronismo, nunca nadie me lo había explicado, desconocía que era un movimiento y no un partido político, que el peronismo es "una forma de ser con el otro", algo que siempre fui -peronista- sin saberlo. Hoy no dejo de aprender y me comprometí a peronizar a mi país, a que todos tengan la misma epifanía que tuve ya de grande, en mi vida adulta.